Se me mueren las personas,
se me mueren distendidas,
desatinadas, agitadas, sin rubor, juicio o razón,
enfermas de dolor y pura compasión.
Algunas personas me apoyan.
Otras me critican.
Algunas me admiran.
Y están las que me contradicen.
Algunas ni me conocen, la gran mayoría.
Y algunas tocan mi esencia, rompen mi armadura,
me complacen, me enseñan.
Me acompañan.
Hay personas que me juzgarían.
Hay personas que me perdonarían.
Hay personas futuras por conocer,
que entraran en la historia de mi vida.
Hay personas que son jugadores en la vida.
Y hay extras-personas que te encaminan.
¿Hay personas?
Wow, cuantas personas hay en este mundo.
Están ahí y las veo.
Aunque no puedo verlas simultaneamente a todas.
Ni hablar con todas a la vez.
Ni siquiera llegaría a conocer integramente a cada una.
Aun así, se que cada una de ellas me ama y me acepta
en este mundo a su forma.
Que lindo que existan las personas, con su característica forma de ser.
Todas poseen personalidad, todas tienen una historia para contar y un camino al cual seguir.
¡Como amo a las personas!
Quiero declarar a cualquier persona que este leyendo este texto que:
la amo y la acepto tal cual como es, la entiendo y somos uno entre las dos, ya que somos parte de esta maravillosa, inconcebible e inefable unidad cósmica.
la amo y la acepto tal cual como es, la entiendo y somos uno entre las dos, ya que somos parte de esta maravillosa, inconcebible e inefable unidad cósmica.