Y quiero y quiero y no puedo
No puedo compartir
No puedo partir
No puedo ir a la idea de:
Unión, sanación, pensamiento propio requerido
Y aceptado por lo que siguen el camino de la cara del lado del bien.
Aun ambiciono, y me estimula el éxito infra personal
Aun me molesta compartir un lugar con mucha gente
Aun sigo en la doctrina misantrópica,
Que lo único que sigue es su tendencia a disolver buenas almas.
Y me llama lo comercial, clásico y acreditado
Es que estoy en el súper ego
En el juego del ego
¡Quiero juegos!
Juego a ser, a intentar hacer lo que quiero
Y si bien no me simpatiza la soledad, quiero a la gente bien lejos de mí
Solo a algunos cerca,
Puedo sentir el sabor a ese gusto elitista superficial.
Y me pregunto porque
Si aun no pertenezco a nada
Y a nada pretendo pertenecer.
Huyéndole a la responsabilidad
Aliada de la pereza, la locura, la lujuria y la ambicion.
Por lo menos eso me miento.
Pero y qué más da si la vida es una ilusión.
Las películas no tienen su jugo sin el drama,
Las historias requieren de un nudo que desatar
Y finalizar en un gustoso y ansiado desenlace.
Esa es la esencia de todo esto
La temida dualidad…
…la parte no bonita la que no simpatiza tanto.
¿Acaso de chicos no nos fascinaban las películas de terror?
Somos amantes del miedo,
Deseamos al miedo tanto
Que deja de ser un deseo
Y se transmuta en nuestro alter ego,
En la sociedad
En la ciudades que destruyen la apaciguable razón verdadera
Y todo se convierte en un ¡sálvese quien pueda!
Cuando los delicados pecados son los protagonistas de nuestras vidas,
Ahí estará, ahí salen valerosos encantados de el otro lado de la hoja
La otra cara,
Salen queriendo ayudar, con transformaciones en la sociedad
Con frases tranquilizantes íntimamente dominantes,
Que buscan acabar con nuestra búsqueda inicial.
Y nos salimos del juego del ego.
Saliéndonos con la misma idea de diferenciarse.
Ya que a la gran masa le encanto el caos, y hoy lo anormal es lo normal.
Es mejor cambiar de paradigmas y volvernos más reales.
Siendo genuinos hijos del amor y la bondad.
Fue como si ser bueno se hubiera puesto de moda.
Y sí, el péndulo se volvió hacia la derecha.
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